¿Sabías que tus obras pueden hacerse en Dios o en el diablo? Si se realizan en el Señor, su recompensa estará aquí y en la eternidad. Sin embargo, si se ejecutan de acuerdo con el enemigo, no tendrás la recompensa del Padre, encontrarás que tu actitud abrió la puerta al ataque del oponente y, en el futuro, recibirás la condena por tu acto. No hay sentido hacer algo fuera de la voluntad del Altísimo.