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El Enemigo de tu enemigo

Mi querido, mi querida, para ganar la guerra contra el enemigo que te ataca, sea lo que sea, solo necesitas una cosa: "Confiar en Dios". Ahora, confiar en Dios no es solo decir que yo confío... es conocer la Santa Palabra, lo que está en la Biblia, lo que Dios dice, creer que hará lo que dice y obedecer sus mandamientos, estatutos y preceptos. En resumen: Creer en Dios es vivir en comunión con Él, respetando y obedeciendo Su Palabra.

Clame por Justicia

La salvación incluye el perdón de nuestros pecados, la curación de nuestras enfermedades, suplir nuestras necesidades y una vida plena en todos los sentidos. Esta es la Justicia de Dios que debe cumplirse en nuestras vidas. Ninguna de sus promesas puede perderse. Todas tienen que llegar hasta nosotros, porque incluso eso es una promesa. Dios dice que cuando escuchásemos atentamente su voz, para cumplir con todos sus mandamientos, estatutos y preceptos, sus bendiciones vendrían sobre nosotros y nos alcanzarían. (Deuteronomio 28:2). Entonces, aprendamos esto: tenemos que dejar de lado la mentira, el pecado, las cosas que Dios odia, y hagamos lo que es recto ante Sus ojos, porque al hacerlo, cuando tengamos algún problema, podemos acercarnos a Él y clamar por Su Justicia.

No caiga en el lazo

El rey David una vez se quejó de algo que le hicieron, pero si miramos de cerca, esto también nos pasa a nosotros. Él dice: "En el camino en que andaba, me escondieron lazo." (Salmo 142:3). No es de extrañar que el apóstol Pablo dijera: "Vestíos de toda la armadura de Dios, para que estéis firmes contra los lazos del diablo;" (Efesios 6:11). Y el diablo no descansa. Él está todo el tiempo poniendo escollos y poniendo trampas para tratar de desviarnos del Camino. La Biblia dice que Dios siempre nos guía en triunfo (2 Corintios 2:14). Es decir, cuando buscamos a Dios con nuestro corazón, el Señor nos habla a través de la Lectura de la Biblia, o la predicación de la Palabra; y siempre nos indica la dirección que debemos tomar para salir victoriosos y prosperar en todas las obras de nuestras manos. Pero la mayoría de las veces, incluso con el esfuerzo, no podemos tener éxito, porque el enemigo tiende trampas y pone obstáculos en nuestro camino.

Aprenda con quién sabe

Para ser de Dios, no basta solo escuchar la predicación de la Palabra; es necesario tener comunión con Él, porque no hay nadie que nos pueda enseñar mejor que Él. Quien quiera ser discípulo de Jesús, necesita acercarse a Él. Muchas personas buscan acercarse a Dios solo cuando necesitan una cura, una liberación, o quieren prosperar en la vida; está bien, eso no está mal. Podemos y debemos buscar de Dios la curación, la liberación, la prosperidad, está bien... pero estas no deben ser las únicas razones por las que debemos buscar el Señor, sino más bien, y principalmente, para aprender de Él. Dios sabe cómo enseñarnos y cómo advertirnos cuando vamos por caminos equivocados.

La confesión que el diablo no quiere que usted haga

Hay muchas personas que no pueden recibir la bendición porque en lugar de prestar atención a la Palabra de Dios, están prestando más atención al problema que están atravesando. Una cosa que usted debe saber y comprender es que si desea tomar posesión de su bendición, usted debe hacer un esfuerzo para prestar atención a la Palabra de Dios. Tienes que hacer un esfuerzo para entender lo que dice Dios. Porque el poder de curarte y hacerte prosperar está en lo que Él te hace comprender.

Cómo vencer la opresión

La Biblia dice en Hebreos 13:8 que "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos." Esto significa que hoy, Jesús permanece con todo el poder para seguir haciendo todo lo que pudo hacer en el pasado. ¡Su poder sigue siendo el mismo! Si usted va al encuentro de Jesús — como se hacía en el pasado — y decirle acerca de sus problemas, seguramente Él escuchará, y proveerá la solución. Las personas que acudieron a Él en el pasado, encontraron que Jesús no predicaba religión, vieron que Jesús no condenó a nadie y encontraron que Él tenía el poder de sanar a todos. Lo mismo sucede hoy, porque Su poder sigue siendo el mismo. Si vas a encontrarte con Jesús, Él resolverá tu problema.

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