El Señor Jesús dijo una vez que la lámpara del cuerpo son los ojos; para que si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tenga luz. Sin embargo, si tus ojos son malvados, tu cuerpo será tenebroso. Por tanto, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¡cuán grande serán esas tinieblas! Mi querido, querida mía, cuando escuchamos, cuando prestamos atención a