Pero ustedes son la generación escogida, el real sacerdocio, la nación santa, el pueblo adquirido, para que puedan anunciar la grandeza de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. - 1 Pedro 2:9
¿Cual es nuestro proposito?
Nuestro objetivo no es hablar bien o mal de ninguna religión, sino hablar la VERDAD. Nuestro propósito es abrir el entendimiento de las personas a las cosas que suceden en el mundo espiritual y que afectan la vida de todos los seres humanos.
Lo crea o no, usted estás compuesto de cuerpo, alma y espíritu todos los somos y de la misma manera que si nos falta oxígeno, si nos falta respiración, nuestro cuerpo muere, así también sin entender la Palabra de Dios nos estamos espiritualmente muertos, estamos separados de Dios.
Incluso si asistimos a religiones, si no tenemos verdadera comunión con el Padre, las huestes espirituales del mal pueden tocarnos, pueden entorpecer nuestros planes, nos roban la felicidad, en fin, nos aprisionan de tal manera que la vida en este mundo pierde su significado para nosotros. Por eso usted precisamente necesitas CONOCER LA VERDAD.
No importa cuál sea tu religión. Lo que verá en todos nuestros estudios es lo que está escrito en las Sagradas Escrituras, quizás desde un ángulo que nadie le ha mostrado todavía. Y estamos seguros de que si tomas posesión de la VERDAD podrás ganar cualquier batalla contra el mal.
Santifícalos en tu VERDAD; tu palabra es la VERDAD. - Juan 17:17
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Clame por Justicia
La salvación incluye el perdón de nuestros pecados, la curación de nuestras enfermedades, suplir nuestras necesidades y una vida plena en todos los sentidos. Esta es la Justicia de Dios que debe cumplirse en nuestras vidas. Ninguna de sus promesas puede perderse. Todas tienen que llegar hasta nosotros, porque incluso eso es una promesa. Dios dice que cuando escuchásemos atentamente su voz, para cumplir con todos sus mandamientos, estatutos y preceptos, sus bendiciones vendrían sobre nosotros y nos alcanzarían. (Deuteronomio 28:2). Entonces, aprendamos esto: tenemos que dejar de lado la mentira, el pecado, las cosas que Dios odia, y hagamos lo que es recto ante Sus ojos, porque al hacerlo, cuando tengamos algún problema, podemos acercarnos a Él y clamar por Su Justicia.