No siempre es fácil confiar en Dios cuando tenemos un problema. Y esto se debe a que el Señor no siempre responde a nuestras solicitudes de inmediato. Pero, de una cosa puede estar seguro: después de presentarle un problema a Dios en oración, puede estar en paz, sabiendo que Él tiene el control de todo.
Mi alma solo espera en Dios, porque mi esperanza viene de él. Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio; no seré conmovido. En Dios está mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, y mi refugio está en Dios. Confíen en Él, oh pueblo, en todo momento; derrama tu corazón delante de Él. Dios es nuestro refugio." (Salmo 62:5-8).
Aprender a confiar en Dios es muy importante para nosotros; pero esto no siempre es fácil; principalmente porque nuestros ojos no pueden ver lo que sucede en el mundo espiritual cuando oramos.
Amados, el SEÑOR ES EL DIOS QUE RESPONDE LAS ORACIONES. ¡Nunca te dejes engañar, pensando que Dios no escuchó tu oración, porque ÉL ES EL SEÑOR, QUE TODO VE, TODO SABE, Y TODO PUEDE!
Entonces, ¿por qué el Señor no nos responde inmediatamente?
Debemos recordar que ÉL ES NUESTRO PADRE, y nosotros somos sus hijos. Un niño no tiene derecho a esperar que su padre cumpla con todas sus solicitudes, o que lo haga de inmediato. Algunas de estas solicitudes son simplemente deseos pasajeros; otros necesitan esperar el momento adecuado; y otros más no resultarían en el bien del niño o de otras personas involucradas. Por esta razón, a menudo es necesario esperar algún tiempo para obtener la respuesta de Dios, pero no piense que ÉL dejará su oración sin respuesta.
Dios sabe el momento adecuado para hacer todo. Esperar en el Señor y creer que siempre hará lo que dice, es el secreto de la victoria. El que se desespera y busca otras formas de resolver la situación es como el que "nadó mucho para morir en la playa".
"Porque así dice el Señor DIOS, el Santo de Israel: Volviendo y descansando serás salvo; en paz y confianza estarás tu fuerza, pero no la quisiste." (Isaías 30:15)
"Por tanto, el Señor esperará para tener misericordia de ti; y por eso se levantará para tener compasión de ti, porque el Señor es un Dios de equidad; bienaventurados todos los que en él esperan." (Isaías 30:18)