Nuestra conversación de hoy va a ser larga, pero estoy seguro de que valdrá la pena. Son tres cosas muy importantes que quiero compartir con ustedes. La primera cosa que debes saber es que el Señor Dios te ha confiado Su poder para que puedas superar todos tus problemas. Segunda, que el propósito de esto es que nosotros, en Cristo, tengamos paz. Y la tercera que les voy a enseñar es cómo ponerse la armadura de Dios y cómo usar
Referencias bíblicas utilizadas en este estudio:
Pero así como fuimos aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. (1 Tesalonicenses 2:4)
... Señor, no te molestes; porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso ni siquiera me consideré digno de ir a tu presencia; mas di una palabra, y serás mi siervo sano. Porque yo también soy un hombre bajo autoridad, y tengo soldados a mi mando; y yo le digo a éste: Ve, y se va; ya otro: Ven, y viene; ya mi criado: Haz esto, y lo hace. (Lucas 7:6-8)
Bendice al SEÑOR, sus ángeles, magníficos en poder, que cumplen sus órdenes, obedeciendo la voz de su palabra. (Salmos 103:20)
Yo soy la vid; ustedes son las varillas. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto; porque sin mí no puedes hacer nada. (Juan 15:5)
...Todo escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un hombre, un propietario, que toma de su tesoro cosas nuevas y viejas. (Mateo 13:52)
Porque, tantas cuantas fueren las promesas de Dios, en Él está el sí; por tanto, por Él es el amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros. (2 Corintios 1:20)
De cierto, de cierto os digo, que cualquiera que diga a este monte: Levántate y échate al mar; y sin dudar en tu corazón, sino creyendo que se hará lo que dices, todo lo que digas será hecho. (Marcos 11:23)
Les he dicho estas cosas para que tengan paz en mí. En el mundo tendrás aflicciones; pero tenga buen ánimo, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)
¿Qué decimos, entonces, a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no puede darnos también todas las cosas con él? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Es Dios quien los justifica. ¿Quién los condenará? Porque es Cristo quien murió, o mejor dicho, quien resucitó de entre los muertos, quien está a la diestra de Dios, y quien también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada? Como está escrito: Por tu causa, todos los días somos entregados a la muerte. Fuimos reputados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores para quien nos amó. Porque estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni el presente, ni el futuro, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura, podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús nuestro SEÑOR. (Romanos 8:31-39)
Te dejo la paz, mi paz te doy; No te lo doy como lo da el mundo. No se turbe su corazón, no tenga miedo. (Juan 14:27)
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él. (Juan 14:21)
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. (Juan 6:56)
Si permanecieres en mí, y mis palabras permanecieres en ti, pedirás lo que quieras y se te hará. (João 15:7)
Infieles, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Por tanto, todo el que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. (Santiago 4:4)
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo pasa, y su concupiscencia; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:16-17)
Si el mundo te odia, debes saber que, primero que tú, me odió a mí. Si fueras del mundo, el mundo amaría a los suyos; pero porque no eres del mundo, sino que yo te elegí del mundo, por eso el mundo te odia. Recuerda la palabra que te dije: Un siervo no es más grande que su amo. Si me persiguieron a mí, también te perseguirán a ti; si cumplieron mi palabra, también cumplirán la tuya. (Juan 15:18-20)
El Señor no se complació en ti ni te eligió, porque eras más numeroso que todos los demás pueblos, porque eras menos en número que cualquier pueblo; pero porque el SEÑOR los amaba, y porque quería cumplir el juramento que había hecho a sus padres, los sacó con mano fuerte y los redimió de la casa de servidumbre, de la mano del faraón rey de Egipto. Sabrás, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia, mil generaciones, a los que le aman y guardan sus mandamientos. (Deuteronomio 7:7-9)
Finalmente, sé fuerte en el Señor y en la fuerza de su poder. (Efesios 6:10)